MOZÁRABES DE VALENCIA
Y «LENGUA MOZÁRABE»
CARMEN BARCELÓ
Universidad de Valencia
El término mozárabe se ha convertido en una expresión trivial, resultado de una mención insistente y reiterada en publicaciones eruditas y divulgativas desde hace más de un siglo. A pesar de ello, lo que se sabe de cierto sobre el tema es poco, bien se trate de aspectos culturales, sociales o literarios, bien de religiosos, económicos o lingüísticos. Los estudios centrados en tierras valencianas se caracterizan —salvo excepción— por ser acumulativos (de noticias irrelevantes y analizadas con poco juicio crítico), especulativos (generalizando y atribuyendo luego a la zona lo que se supone ocurrió en el resto de la Península) y, además, poco abundantes 1.
De acuerdo con la costumbre
establecida por quienes se ocupan del tema, hay que comenzar por la definición
y análisis del término. Tanto el catalán mossárab como el portugués moçárabe
son palabras, adaptadas de la castellana mozárabe, de uso relativamente
reciente en ambas lenguas. La etimología propuesta —aceptada de forma general—
es el participio árabe musta'rib que se traduce por 'el que sin ser
árabe se hace semejante a los árabes'. Los diccionarios modernos de las
lenguas peninsulares recogen dos acepciones principales: cristianos que
vivían en los territorios de la península bajo el gobierno de los
musulmanes; cosa de los mozárabes o que está relacionada con ellos.
Respecto a la primera, no está documentado en los textos árabes de la Edad Media el uso de la voz musta'rib para referirse a los cristianosque vivían en al-Andalus 2. Se emplean los nombres nasráni 'nazareno' y musrik 'politeísta' que, como rüm 'romanos', aluden a creencias religiosas divergentes del Islam. Otros son términos jurídicos, como ámmí y mu'áhad 'sometido a pacto'. En referencias colectivas el apelativo genérico empleado es 'ayam, que —como el adjetivo derivado 'ayamí— señala el carácter ajeno a la comunidad arabigo-islámica de cualquier cosa, concepto o individuo. Ni tan siquiera aparece este apodo para distinguir a los cristianos andalusíes deportados al norte de África en el siglo XII, pues allí se les dio otro nombre árabe introducido en castellano como farfan 3.