Mucho se ha hablado de la donación que
realizó Ramiro II a nombre del Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV,
sobre todo desde que un sector decidió aplicar en pleno siglo XII una figura
jurídica inexistente hasta entre los siglos XV y XVI, o convertir un juramento
solemne en un voto de vasallaje debido a una supuesta graduación entre
soberanías dependiendo del título utilizado, contradiciendo de esta manera toda la bibliografía existente.