EL PRIMER USO CONOCIDO Y OFICIAL DE LAS BARRAS.

"EL PRIMER USO CONOCIDO Y OFICIAL DE LAS “BARRAS” SE VERIFICA EN EL REY DE ARAGÓN ALFONSO II CON EL TEXTO: «MUDÓ LAS ARMAS E SEYNNALES DE ARAGÓN E PRENDIÓ BASTONES»"

  Este texto se encuentra en las "Crónicas de San Juan de la Peña". En catalán se conocen como “Cròniques dels reis d'Aragó e comtes de Barcelona”, ​​título que le dio en una carta el mismo rey Pedro el Ceremonioso, y es la estipulada en la Lista de títulos uniformes de los clásicos anónimos de la literatura catalana. Anteriormente ha sido denominada Crónica general de Pedro III el Ceremonioso, por contraposición a la Crónica particular de Pedro el Ceremonioso, Crónica de San Juan de la Peña, Crónica pinatense, Memories historials de Catalunya, y en latín Cronica Regum Aragonum et Comitum Barchinone.

Detalle del manuscrito MS.2664 de la Biblioteca
 General de la Universidad de Salamanca.

El manuscrito original en latín, anterior al 1359, no se ha conservado. En 1366 el rey envió una copia en catalán al monasterio de Santa María de Ripoll, y en 1372 mandó hacer una copia en aragonés. Según Coll i Alentorn, se conservan 4 versiones en catalán, 2 en latín y 1 en aragonés.

En una carta del rey Pedro al abad de Ripoll, fechada el 10 de noviembre de 1366, dice que le envía una copia de las Crónicas de los reyes de Aragón y condes de Barcelona que él mismo ha «fet e tret de diverses Cròniques e històries antigues».

 Este texto en concreto no hace ninguna referencia al origen de las barras, pero si deja claro que NO son propiamente aragonesas, ya que Alfonso debe MUDAR las armas y señales propias del reino de Aragón, para tomar las barras. (Mudar: Dejar algo que antes se tenía, y tomar en su lugar otra cosa // cambiar, dejar, abandonar) Ahora, ¿de donde las toma?, ¿Las inventa?, ¿Las ve sobre un árbol como en Garcia Ximenez o surcando el cielo al estilo de Iñigo Arista?, ¿Contrata un diseñador heráldico?, ¿Tal vez las hereda de su padre cosa habitual en heráldica?

En la Genealogía, encargada por el futuro rey Juan I en 1380, se afirma que Ramón Berenguer IV, después de casarse con Petronila, “no canvià les armes Comtals que ara són les armes reials”. Por otra parte, estas eran igualmente las armas utilizadas por su otro hijo, Ramón Berenguer IV de Provenza. Recordemos que los condes de Provenza y los Condes de Foix, descendientes, ya sea por línea masculina o femenina, de la Casa Condal barcelonesa, y con anterioridad a la alianza aragonesa, llevaron los palos en sus escudos, lo que no podrían haber hecho si hubieran sido armas propias de la Casa de Aragón, de la que no eran descendientes.

Cabe destacar también que Zurita en sus crónicas de Aragón se muestra en desacuerdo con la afirmación de que Aragón mudara o cambiara las armas propias del reino por las barras, “no lo tengo por muy cierto, antes he visto algunos sellos y divisas antiguas de los reyes de Aragón, desde el tiempo del rey Don Pedro, nieto del conde de Barcelona, ​​que eran con las armas que tuvieron los reyes, sus antecesores, (...) que son la cruz roja en campo de plata con las cuatro cabezas”. Así pues, según Zurita, en la época del Rey Pedro (II de Aragón, I de Barcelona), el reino de Aragón usaba aún la cruz de Alcoraz, aunque “no embargante que se preferían como más principales las de Cataluña por descender los reyes por línea de varón de aquellos príncipes”. Eran las barras, en definitiva, las armas dinásticas de la Casa Condal de Barcelona y posteriormente también de la Casa Real de Aragón, el Señal Real, o sea la señal del rey o familia real, no un emblema territorial como sí lo era la Cruz de Alcoraz.

Començament de la história dels comtes de Barcelona

 Esta miniatura pertenece a la versión catalana de la obra, según el manuscrito 2664 de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca (coetáneo a su redacción y salido seguramente el escritorio regio). La miniatura es la que decora la capitular historiada "A" que abre el capítulo 22 de la mencionada crónica (f.22v), donde se da comienzo a su segunda parte: la historia genealógica de los Condes de Barcelona (lám. II).

Dentro del ojo de la letra aparece representado el padre de Gruifredo el Velloso, dicho también Guifré o Unifredo, como deja claro el texto del capítulo, homenajeando al rey de Francia, siendo cada uno identificado por su escudo de armas: el primero lleva, de oro, cuatro palos de gules y el segundo, dividido el Imperio y Francia, son las que la tradición medieval asignaba a Carlomagno.

Independientemente de la identificación de los personajes, de la posibilidad de que fueran o no coetáneos, o de la existencia de las divisas en el Sg.IX, si deja clara la fuerte convicción, que existía ya entonces, tanto por parte de los historiadores aragoneses como por parte de la misma casa real, del origen condal de las barras.